Pedir la Enfermedad Profesional puede ser un proceso complejo, pues concurren varios organismos competentes y dos tipos de procesos diferentes: administrativo y judicial. Aunque la Enfermedad Profesional debería ser reconocida de forma instantánea, lo cierto es que normalmente nos dirán que nuestra patología está producida por una contingencia común. Es decir, que no tenemos derecho al sistema especial de protección que despliegan las enfermedades profesionales.
Por eso queremos explicarte cómo pedir una Enfermedad Profesional y proporcionarte un formulario desde el que localizar a abogados especialistas en esta materia. Recuerda que si consigues que se reconozca el carácter profesional de tu dolencia tendrás acceso a un amplio catálogo de derechos.
La Enfermedad Profesional es aquella que padecemos a consecuencia del trabajo que realizamos. Más concretamente, el artículo 157 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social la define como:
<<La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro [...] y que está provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada Enfermedad Profesional>>.
Dicho cuadro se regula en el RD 1299/2006, cuyo objetivo es reconocer una serie de actividades y de agentes agresivos que pueden derivar en complicaciones para nuestra salud.
Al contrario de lo que ocurre con los accidentes laborales, las Enfermedades Profesionales son perfectamente previsibles. De ahí que exista un cuadro que las recoge. Gracias a esta previsibilidad, demostrar que una patología es de tipo profesional y no de tipo común es relativamente fácil.
Además, al demostrar el origen profesional de una lesión obtendremos importantes beneficios por parte de la Seguridad Social. Desde un sistema mejorado de cobertura hasta prestaciones o pensiones más elevadas. Dicho de otro modo: tendrás importantes ventajas y cobrarás más por Enfermedad Profesional.
Por último, si se determina que nuestra enfermedad trae causa del trabajo podríamos tener derecho a obtener una indemnización por parte de la empresa. Esta cuestión debe resolverse con la ayuda de un Abogado de Enfermedad Profesional, que sabrá cómo reclamar nuestros derechos.
Todos estos beneficios forman parte de nuestra legislación de protección social, que ampara a las personas trabajadoras porque en ningún caso deberían enfermar debido a sus condiciones laborales.
Al pedir la Enfermedad Profesional, lo que realmente solicitamos es que se reconozca el carácter profesional de nuestra patología. Pero, ¿por qué es mejor que la contingencia que provocó la lesión se considere profesional?
Al margen de las consideraciones éticas y sociales y de visibilizar los riesgos laborales (no existen estadísticas precisas acerca de las contingencias acaecidas en el trabajo que no se consideran profesionales) el Sistema de la Seguridad Social aporta una protección extra a este tipo de lesiones:
La legislación de prevención de riesgos laborales obliga al empresario a prevenir todo daño o patología que pueda derivarse de nuestro trabajo a su servicio. Por su parte, la legislación de protección social promueve la protección de las personas que sufran accidentes en su desempeño laboral.
De modo que, en principio, no deberíamos pedir la Enfermedad Profesional. Desde el mismo instante en que caigamos enfermos se debería reconocer el origen profesional de nuestra dolencia, dándonos acceso al sistema especial de protección de la Seguridad Social.
El problema es que en muchas ocasiones no encontraremos el apoyo que necesitamos. Las empresas suelen ser poco colaboradoras con este tipo de reconocimientos para intentar evadir su responsabilidad. Otro tanto ocurre con las Mutuas, y es posible que incluso en el Servicio Público de Salud encontremos reticencias a este reconocimiento.
Existen muchos factores que influyen en la determinación de la contingencia causante, y esto puede conllevar que no se reconozca que la causa de nuestra patología está en el trabajo. En ocasiones incluso las propias personas afectadas desconocen que existen instrumentos para reclamar, de modo que terminan por no hacer efectivos sus derechos.
Si creemos que nuestra patología tiene origen en nuestra profesión y los medios sanitarios, la empresa, la Inspección de Trabajo o cualquier interviniente se niega a reconocer el origen laboral de nuestra contingencia podemos solicitar la determinación de contingencia profesional.
El objetivo de este procedimiento es revisar nuestro estado de salud y entorno laboral para determinar si, en realidad, nuestra enfermedad es de tipo profesional. Podemos pedir la Enfermedad Profesional:
A la hora de iniciar un proceso de determinación de contingencia conviene consultar con un abogado especializado en Seguridad Social. Estos profesionales nos podrán ayudar a tramitar el proceso y sacarle el máximo partido.
Debemos reunir tanta documentación como podamos y colaborar activamente con la investigación de la contingencia causante. A fin de cuentas, el objetivo de estas comprobaciones es verificar que nuestra patología es de origen laboral, por lo que el examen médico puede resultar insuficiente.
Si contamos con un abogado de Enfermedad Profesional nos ayudará a reunir y preparar toda la documentación necesaria. En su caso nos acompañará a un perito médico para obtener una opinión de contraste, que puede ser determinante para el éxito del proceso.
Ten en cuenta que si no conseguimos que la Administración (en este caso el INSS) nos reconozca la Enfermedad Profesional no nos quedará más opción que acudir a juicio. Por eso es importante contar con asistencia jurídica desde el momento inicial.
Además, muchos abogados empiezan las reclamaciones de pensiones e indemnizaciones por la determinación de la contingencia. Esto se debe a que:
Si necesitas a un abogado para pedir la Enfermedad Profesional te invitamos a rellenar nuestro formulario. Te pondremos en contacto gratuitamente con nuestros colaboradores, abogados especializados en esta clase de gestiones.